NUMERO 7 - julio de 2002 | ||
LUCES Y SOMBRAS DE LA EXPOSICION SOLAR | ||
La llegada del verano y la reciente celebración el 13 de
mayo del día del Euromelanoma constituyen un buen momento para
comentar algunos aspectos sobre la exposición solar.
Es indiscutible que el sol, como fuente de luz y calor es imprescindible para la vida, sin embargo, produce unos efectos nocivos que debemos conocer. Dentro del espectro de la radiación solar los rayos ultravioletas son los responsables tanto del bronceado como de diferentes efectos dañinos que comentaremos en este artículo. En nuestra época, el bronceado es equiparado a un aspecto más saludable y dinámico y se ha impuesto como canon de belleza. Sin embargo, esta es una moda reciente iniciada a principios del siglo XX en contraposición al patrón de belleza anterior que premiaba la tez blanquecina. La exposición masiva de la población a la radiación solar, a lo largo de los últimos decenios, ha provocado que se diagnostiquen en la consulta de dermatología enfermedades y tumores anteriormente sólo diagnosticados en personas que trabajaban al aire libre (agricultores, marineros etc...) El efecto pernicioso más importante es el cáncer cutáneo que en la actualidad es el más frecuente en el ser humano. A grandes rasgos podemos distinguir entre cáncer cutáneo no melanoma (fundamentalmente carcinoma espinocelular y basocelular) y el cáncer cutáneo melanoma. En ambos grupos existe suficiente evidencia científica para afirmar que la radiación ultravioleta es el promotor más importante y en el caso del melanoma es la exposición solar "vacacional", es decir, la exposición a altas dosis de radiación durante pocos días al año, con el fin de adquirir el bronceado deseado en la menor cantidad de tiempo. Esta exposición indiscriminada ha provocado que el melanoma sea el cáncer cuya incidencia crece más rápidamente, por encima de cualquier otro. Además de la exposición solar existen otros factores que influyen en la aparición del melanoma como son el tener piel, pelo y ojos claros (personas que se "queman" con facilidad tras exponerse al sol), tener un número alto de nevus o antecedentes familiares o personales de melanoma. De este modo Australia, país con gran insolación donde vive una población blanca de origen celta, posee la tasa de melanoma más alta del mundo.
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¿Cómo debemos protegernos? | ||
En primer lugar puntualizar que a pesar de ser una moda
extendida, ningún bronceado está totalmente exento de riesgo. No
debemos exponernos al sol 2 horas antes y 2 después del mediodía solar
(una regla sencilla es evitar el sol cuando nuestra sombra sea más corta
que nuestra altura), debemos llevar ropa adecuada (gorras etc..),
aplicar filtros solares (que protejan tanto contra los
ultravioletas A y B) por encima del factor 10 ó 15, dependiendo de nuestra
pigmentación, aplicarlos 30 minutos antes de la exposición sobre la piel
seca y repetir la aplicación cada 3-4 horas. Además debemos evitar las
cabinas de bronceado.
Estas normas son de capital importancia en la infancia-juventud ya que en gran parte de las personas, el 80% de la radiación solar se recibe antes de los 18 años (realizamos más deporte, vacaciones veraniegas más prolongadas etc...). Nuestra piel tiene memoria de las agresiones a las que la hayamos sometido y una sola quemadura solar en la infancia aumenta el riesgo de melanoma aunque posteriormente en la edad adulta nos protejamos correctamente.
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¿Estos cuidados disminuyen la incidencia del cáncer de piel? | ||
Como ya hemos comentado previamente Australia posee la tasa
más alta de melanoma, hasta tal punto de que las autoridades de ese país
lo consideran un tema de salud pública realizando campañas divulgativas
muchos años antes que en el resto de países. Actualmente podemos evaluar
sus resultados, demostrándose que los nacidos a partir de 1970, que han
conocido campañas de prevención, presentan una incidencia de melanoma
menor que los nacidos entre 1950 y 1970. Es decir, la prevención
primaria (evitar la exposición al sol, fotoprotectores etc...) está
dando sus frutos. Además, a pesar del gran aumento en el número de
diagnósticos de melanoma, gran parte de los nuevos melanomas son
incipientes, es decir, son diagnosticados de forma precoz. Este dato nos
indica que la prevención secundaria (la formación entre el personal
sanitario y la población general sobre el conocimiento de las lesiones
pigmentarias) también está funcionando y los pacientes con lesiones
pigmentarias sospechosas, son remitidas al especialista. El diagnóstico
del melanoma en etapas precoces, curable con una extirpación quirúrgica es
fundamental, ya que si se retrasa el diagnóstico el pronóstico se
ensombrece. Esto es un hecho crucial en un cáncer que presenta una media
de edad de mortalidad en los EEUU de 42 años.
Siguiendo las campañas de prevención secundaria iniciadas en Australia se ha realizado recientemente el tercer día del euromelanoma en los países europeos. Durante este día todos los dermatólogos que lo desean participan ofreciendo sus consultas públicas o privadas, en este caso de forma gratuita, para el diagnóstico de lesiones pigmentadas. El fin de este día no es exclusivamente conseguir el diagnóstico de muchos melanomas, 88 en la campaña del 2001 y se estima que unos 200-300 en los 2-3 meses siguientes (datos de España) sino el concienciar a la población de los riesgos de la exposición solar e instruir a la población en la correcta exploración de sus lesiones pigmentarias. (Para más información http://www.aedv.es/) Para finalizar recalcar que la intención de este artículo es implicar a los trabajadores sanitarios en la corrección de hábitos y conductas erróneas que se traduzcan a corto plazo en una disminución de las quemaduras solares y a largo plazo en la reducción de la incidencia del cáncer cutáneo. No es correcta la recomendación tantas veces oída de "recetar" intensas exposiciones solares para aprovechar una de las positivas propiedades del sol, la síntesis de la vitamina D. Está demostrado que en un país con una insolación y alimentación como el nuestro, la mera realización de las actividades cotidianas al aire libre (paseo, compra etc...) son suficientes. Además debemos enseñar a los pacientes, sobre todo a los que tienen factores de riesgo, a explorarse, ya que, a diferencia de otros cánceres, el cáncer de piel es un tumor visible. Dr. Ignacio Yanguas y Dr. Ramón Matheu |